Gracias a la naturaleza del ser humano dotada de las facultades del intelecto para pensar, el alma para sentir y el cuerpo para hacer a voluntad lo que deseamos, nos permite ampliar nuestra visión y concebirnos como seres holísticos y creadores.
Somos un todo integrado puesto en práctica donde hemos de pensar, sentir y hacer en coherencia por un bien común. Mi pregunta es: ¿qué tanto somos de esa naturaleza del ser humano armónica que habita este planeta tierra en verdad, belleza y bondad? Y, ¿cual es la tarea a realizar para llevar a cabo el servicio de ser artista en estos tiempos?
En el campo del intelecto se encuentra la ciencia (del latín scientĭa, ‘conocimiento’), definida por todo aquello que podemos comprobar a través de la observación y la experimentación. En lo que respecta al alma o ánima, es considerado todo aquello que está vinculado con los sentimientos, las emociones, el sentido vital y el ser en su estado más espiritual. En cuanto a la voluntad, es la de decidir qué hacer o no desde una determinada intención para lograr un propósito. ¿Y cómo podemos hacer de este ser humano holístico una realidad en nuestro vivir diario?
Hemos de empezar a ver y agradecer lo que somos de humanidad en estos 350 mil años de evolución de la especie homínida y disponernos a sembrar lo que queremos dejar plantado aquí en La Tierra. Pero, por momentos, olvidamos recordar quienes somos porque hay mucho ruido y agonía para escuchar nuestro corazón. Sólo nos queda mirar siglos atrás y perdonar un pasado difuso fundamentado por el dominio, el miedo y el castigo. Ahora, al ver hacia el futuro, buscar la luz de un nuevo día con la esperanza que otro mundo es posible.
Ir al encuentro con ese acto de “dar a luz a una nueva vida”, es una tarea de la Humanidad dejándose guiar por la voluntad creadora que aspira a evolucionar a un estado de conciencia más sensible en unidad con el cosmos. Donde podamos ir más profundo al interior de nosotros mismos, incluso de nuestras células, para en- tender el origen de la vida y el milagro de estar vivos.
Sentir la inmensa gratitud de la plenitud verdadera, bella y bondadosa. Para ello, es menester la humildad al reconocer que somos una partícula de las infinitas que componen los universos dentro de otros universos, que como fractales se repiten sin cesar.
La expresión: “Hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo”, representa que somos nosotros quienes hemos de llevar a cabo y consagrar nuestro tiempo, esfuerzo y voluntad para hacer de la Tierra ese lugar sagrado al que anhelamos llegar. Necesitamos de fuentes y referentes que nos inspiren belleza, bondad, orden, armonía e implicación con el mundo real, a través de la voluntad creadora.
Mi voluntad es que esa vida plena se manifieste para este 2023 que inicia, con toda la fuerza del espíritu en ConCiencia Magazine. Desde ConCiencia Arte, queremos potenciar ese camino de las infinitas posibilidades de la creación artística para el desarrollo de la humanidad sintiente que percibe su entorno con respeto y cuidado, con empatía y compasión por todo aquello que como seres holísticos somos. Cuidar la vida significa cuidar de los otros; el destino de la naturaleza depende de la acción humana, todo está en nuestras manos y creación.
Tener un propósito de Año Nuevo tiene un sentido espiritual vinculado al mes de Enero (ianuarius en latín, que significa por-tal). Enero/Janero debe su nombre al dios ro- mano Jano o Janus, quien custodiaba los umbrales y estaba presente en las transiciones e inicios de rituales sagrados a comienzo de año. Representa el cambio que marca un período pasado a un nuevo porvenir. Esta deidad, caracterizada por tener dos caras que miran en dirección opuestas (bifronte), simboliza el pasado y el futuro. Para Jano, el momento presente es fugaz, un instante que divide lo que se fue de lo que viene. También representa el momento del amanecer, el nacimiento o inicio de una nueva etapa de la vida.
Desde el aspecto de Janus mirando al pasado para dirigirnos al futuro, siento que esta época del año nos sirve para reflexionar y avanzar al encuentro de aprender, sentir y amar nuestra humanidad a través de la creación artística. Nuestro alimento contiene el fruto y las semillas para que las podamos plantar desde sus múltiples manifestaciones: teatro, poesía, música, danza, literatura, artes visuales, artes plásticas, arteterapia, cine, arquitectura… , y todo aquello que con alma y pasión, nos haga pensar y trascender a un plano más elevado de conciencia sensible, empática y sanadora.
*Artículo originalmente publicado en ConCiencia Magazine Edición 004 en enero de 2023. Está disponible en línea en Conciencia Magazine Online 004