La vida se encuentra en un fluir constante de transformación y su existencia es construida por múltiples escenarios variables e irrepetibles. Este devenir o proceso llamado también impermanencia (Anitya en el budismo) significa transitoriedad de todas las cosas. De acuerdo con este concepto, la vida humana manifiesta este flujo en el ciclo de nacimiento y renacimiento, envejecimiento y muerte; idea que choca fuertemente con nuestra codificación social y económica. Los seres humanos tendemos a creer que todo lo que poseemos y somos lo conservamos estable y perenne, hasta que deja de serlo. Y es ahí cuando entendemos que la muerte también podemos evidenciarla cada día y dicha transformación no necesariamente significa que aquello que se modifica de momento a momento deje de existir.
La serie de fotografías Tiempo líquido tiene su origen en el libro “Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre” del autor Zygmunt Bauman, sociólogo Polaco. Bauman describe cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado ante la transitoriedad de paradigmas a nivel mundial: Estamos viviendo el transito de una sociedad «sólida» – estable, repetitiva – a una «líquida» – flexible, voluble – en la que las estructuras sociales no perduran el tiempo necesario para solidificarse…
Estamos en una época de incertidumbre causada por el abuso del poder, la deficiencia y corrupción de los grandes mandatarios, el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo, el cambio climático, la escasez de recursos naturales, la pobreza, los desastres naturales y el caos generalizado que se desata después de siglos de ignorancia y explotación humana. Esta situación de vulnerabilidad nos obliga a ser más flexibles e inestables. Ante una sociedad guiada por el dinero las relaciones humanas se miden en términos de costo y beneficio —de «liquidez» en el estricto sentido financiero. Y este estado de «liquidez» no conserva una forma determinada, lo que cuenta es el tiempo, su velocidad e inmediatez.
El tiempo se define como la medición de la duración de todas las cosas que siempre están sujetas a distintos cambios, ordenando los sucesos en secuencias. Durante la historia de la humanidad se han inventado diversos mecanismos para medir el tiempo. La fotografía fue el primer dispositivo tecnológico apropiado por los artistas para capturar y congelar esa fugacidad. La obra fotográfica Tiempo Liquido hace este análisis visible tomando como referente la antropología urbana debido a su influencia en la cotidianidad de nuestras vidas. Imágenes de ciudad conformada por lugares, situaciones y momentos yuxtapuestos que se repiten y se desvanecen en su propia existencia y naturaleza etérea… metáforas adecuadas para comprender en muchos sentidos la dinámica de la sociedad actual y su representación en el arte.
Las fotografías de Tiempo Liquido fueron realizadas con una película fotosensible (cámara análoga) tomando varias fotos en el mismo negativo (exposición múltiple). Su revelado es por proceso químico y la impresión es digital.
Natalia Cajiao