Sentir la tierra con las manos

¿Qué significa un grano de arena en relación con el ser humano?

Desde su aspecto espiritual y metáfora del ser humano la arena representa la misma materia primordial que dio origen a las estrellas y a los planetas. Un grano de arena es llegar casi a esa unión indivisible después de millones de años de procesos de transformación y unión entre rocas, minerales, arrecifes coralinos y esqueletos marinos. Llegando a ser una partícula diminuta que contiene la memoria ancestral del planeta Tierra.

Esta perspectiva nos recuerda que somos parte de un vasto sistema cósmico, que estamos hechos de los mismos elementos que conforman las estrellas y los planetas.

Al estar en la playa y hacer contacto con la arena, el sentido del tacto es primordial para entrar en él desde la experiencia sensible y transformadora. A través del contacto físico con la arena, podemos experimentar una serie de sensaciones que van más allá de la percepción puramente física, permitiéndonos establecer una conexión íntima y personal con la naturaleza y nuestra espiritualidad.

La arena nos conecta con la energía telúrica y nos ayuda a sintonizarnos con el pulso natural del planeta.

El sentido del tacto es el primer sentido físico que desarrolla el ser humano durante el momento de su nacimiento y hace parte de nuestra forma primaria de sentir y descubrir nuestros límites y entorno. Sin tacto el ser humano estaría limitado a entrar en conexión profunda con el mundo físico y las sensaciones físicas que nos ayudan a comprender nuestro lugar en el cosmos como cuerpo individual y materia viva.

La Madre Tierra ha sido objeto de veneración y reverencia por parte de culturas ancestrales en todo el mundo. Desde tiempos inmemoriales, diferentes elementos naturales han sido considerados como símbolos sagrados de la Tierra y han desempeñado un papel importante en las prácticas espirituales y religiosas.

La arena, con su simbolismo espiritual y su conexión intrínseca con la Madre Tierra, nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno natural y nuestra propia espiritualidad. Al contemplar la arena, podemos encontrar inspiración para vivir en armonía con la Tierra y recordar nuestra responsabilidad de cuidar y proteger el planeta que habitamos. La arena nos enseña que somos parte de algo más grande y nos invita a cultivar un sentido de gratitud y reverencia hacia la Madre Tierra y toda la vida que alberga.

Entrevista originalmente publicada en FLAMA en mayo de 2023. Está disponible en línea en:  Natalia Cajiao, artista: «Hay un enlace entre la arena de la playa y la Laudato Si’ que invita a cuidar nuestro entorno natural»

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